Ven y Sigueme!!
lunes, 7 de mayo de 2012
Jesús, modelo de vocación
A lo largo del Evangelio encontramos muchos momentos en los cuales Jesús tuvo conflictos, problemas, oscuridades y peleas. Algunas veces era por el tema de la interpretación de las leyes, concretamente el sábado, sobre el ayuno..Jesús predicaba, hizo milagros, pero su misión no era convertirse en un payaso de feria, en alguien que viene a solucionar los problemas de la gente; si hace milagros o si predica es porque quiere llevar a las personas a una mirada más allá de lo sensible, quiere llevarles a que crean en Él. De nada servirían todas las curaciones y todos los milagros del mundo, si no lograran provocar la fe en aquellos que las ven.Hoy como ayer, debido a la falta de formación o de espiritualidad seria, muchos creyentes se inclinan por lo extraordinario, super maravilloso, buscan lo que brilla, piden señales...Y se van detrás de lo externo, de lo ruidoso; descuidando el proceso que debe darse interiormente ante estas realidades, que tienen como objetivo buscar un crecimiento en la fe, un acercamiento a Dios y el compromiso de amar. Jesús mantiene a toda costa la verdad. Sabe que si dice la verdad hay mucha gente que se va a marchar, que lo va a abandonar, pero Él prefiere ir con la verdad por delante. Sus palabras rezuman radicalidad y exigencia. Y sabe que no puede rebajar esa exigencia, porque si no su enseñanza se quedaría como una más en el mercadillo de ventas.Jesús no ha venido a mostrarnos un camino fácil sino el camino de Dios. Sabe que las personas necesitamos de signos externos, y por eso realiza esos milagros, pero conoce también que sus palabras van a ser duras y van a caer en corazones que no las van a aceptar fácilmente.Hoy en día, son muchos los que, tienen miedo a adquirir compromisos que duren mucho tiempo. Quizás, por eso cuesta dar el primer paso del matrimonio para la vida, e incluso más, responder cuando es Dios mismo quien llama a entregar toda una vida, por entero y para siempre, al anuncio del Reino.El compromiso serio cuesta.A nadie le molesta ser radical sólo un día. Pero, cuando se trata de más tiempo, nos lo pensamos dos veces.Tal vez, tú mismo tendrás la experiencia de haber descubierto algo que Dios te pedía y haber pensado por dentro:"¿Aguantaré así toda la vida?". Aparece, entonces, el ¨agobio¨ y se opta por seguir viviendo como siempre.A todos nos gustaría ser ejemplo de solidaridad, de entrega, de amor.Pero nos cuesta darnos por entero.Nos gustaría exigirnos algo más. Y, sin embargo, nos resulta difícil dar el paso, lanzarnos, ¨salir de nuestra tierra¨.La tentación de la mediocridad, de eludir compromisos que conlleven sacrificios demasiados grandes, sigue siendo algo atrayente.Sin embargo, Jesús nos pide que nos entreguemos por entero a Él, que no le andemos regateando.Y, paciente, sigue esperando nuestra respuesta.Seguir a Cristo no es una perdida de tiempo, al contrario es lo que te llevara a la felicidad verdadera. Hay que seguirlo y ser como Él para poder vivir una vida llena de amor y felicidad. Su camino no es fácil, pero al final siempre hay una recompensa.
El Plan de Salvación de Dios
El Plan de Salvación son los pasos bíblicos básicos que nos llevan a concretar y afirmar una relación personal con Dios a través de su Hijo Jesucristo.
Nadie puede disfrutar de las bendiciones del Padre, ni entrar al cielo sin ser salvo; Jesús le dijo a Nicodemo en (Juan 3:7), “Os es necesario nacer de nuevo”. En su Palabra Dios nos describe el único plan de salvación.
El plan es sencillo, hay que reconocer que somos pecadores. “No hay justo, ni aun uno”, (Romanos 3: 10) “No hay diferencia, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23).
Esto significa separación de Dios, en el infierno por siempre. Sin embargo, Dios nos ama de tal manera que dio a su Hijo unigénito, Jesucristo, como nuestro sustituto. Jesucristo cargó con nuestros pecados y murió en nuestro lugar. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21). “Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por su herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24) .
Dios quiere que estemos con Él en el paraíso, que nos sentemos junto a Él, per eso nos ofrece su Plan de Salvación, que es cumplir con su palabra y seguir sus leyes, Dios quiere que vivamos acorde a sus mandatos para asi poder alcanzar la vida eterna.
Cuando aceptamos a Jesús como Salvador y comenzamos una relación con Él, “nacemos de nuevo.” Jesús dijo mientras hablaba con uno de los líderes religiosos, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Cuando oremos sinceramente, pidiéndole a Jesucristo que nos perdone y nos limpie de nuestros pecados; la Biblia promete perdón para todos los pecados que hayamos cometido: “... la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I de Juan. 1:7).
Naciendo de nuevo y teniendo un alma pura es que somos salvados.
Podemos nacer de nuevo: Reconociendo la necesidad de Jesucristo como nuestro Salvador, pidiéndole que perdone todos nuestro pecados, así nos apartamos del pecado y dejamos de vivir en rebelión contra Dios y Su Palabra. Aceptar el sacrificio de Cristo en la cruz como pago final y completo por nosotros. Invitar a Jesucristo a que viva en nuestro corazón como Señor y Salvador.
Cuando hacemos estas cosas, ¡Sucede un milagro! ¡Nacemos de nuevo! Jesucristo -comienza a vivir dentro de nosotros.Quedamos libre de la pena abrumadora del pecado. Conforme obedecemos los mandamientos de Dios y aplicamos Sus principios para nuestro diario vivir, la transformación continúa.Y estaremos al lado de nuestro Padre.
El Amor de Dios hacia sus Hijos.
Es dificil describir con palabras el Amor tan inmenso que Dios siente por nosotros, pues son tantas las cosa que Él hace por nuestro bién, por hacernos felices, que no puede caber la menor duda que Dios nos ama incondicionalmente.
El amor del Señor es incluso mayor que el que una madre siente por un hijo, y esto no son inventos, pues en un pasaje del Antiguo Testamento dice: "YO OS CONOCÍ ANTES DE SER ENGENDRADOS EN EL VIENTRE DE VUESTRA MADRE. ¿ES QUE PUEDE UNA MADRE OLVIDAR A SU CRIATURA? PUES AUNQUE ASÍ FUESE, YO NO OS OLVIDARÉ". Y no solo es esto, tambien muchos acontecimientos ocurridos através de la historia de La Humanidad, demustran el inmenso a amor de Dios hacia nosotros.
El amor del Señor es incluso mayor que el que una madre siente por un hijo, y esto no son inventos, pues en un pasaje del Antiguo Testamento dice: "YO OS CONOCÍ ANTES DE SER ENGENDRADOS EN EL VIENTRE DE VUESTRA MADRE. ¿ES QUE PUEDE UNA MADRE OLVIDAR A SU CRIATURA? PUES AUNQUE ASÍ FUESE, YO NO OS OLVIDARÉ". Y no solo es esto, tambien muchos acontecimientos ocurridos através de la historia de La Humanidad, demustran el inmenso a amor de Dios hacia nosotros.
El amor de Dios es tan fuerte hacia nosotros que ha dado a Su Hijo Unigénito entregándole en la Cruz para morir en nuestro lugar, por nuestro pecado, o error, debido a nuestra desobediencia a Dios, esto es que queremos que Dios sea como cada uno de nosotros lo concibe en lugar de hacer Su Palabra: ...Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1Juan 2:17.
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