lunes, 7 de mayo de 2012

El Plan de Salvación de Dios

El Plan de Salvación son los pasos bíblicos básicos que nos llevan a concretar y afirmar una relación personal con Dios a través de su Hijo Jesucristo.
Nadie puede disfrutar de las bendiciones del Padre, ni entrar al cielo sin ser salvo; Jesús le dijo a Nicodemo en (Juan 3:7), “Os es necesario nacer de nuevo”. En su Palabra Dios nos describe el único plan de salvación.

El plan es sencillo,  hay que reconocer que somos pecadores. “No hay justo, ni aun uno”, (Romanos 3: 10) “No hay diferencia, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23).
Esto significa separación de Dios, en el infierno por siempre. Sin embargo, Dios nos ama de tal manera que dio a su Hijo unigénito, Jesucristo, como nuestro sustituto. Jesucristo cargó con nuestros pecados y murió en nuestro lugar. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21). “Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por su herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24) .

Dios quiere que estemos con Él en el paraíso, que nos sentemos junto a Él, per eso nos ofrece su Plan de Salvación, que es cumplir con su palabra y seguir sus leyes, Dios quiere que vivamos  acorde a sus mandatos para asi poder alcanzar la vida eterna.
Cuando  aceptamos  a Jesús como Salvador y comenzamos una relación con Él, “nacemos de nuevo.” Jesús dijo mientras hablaba con uno de los líderes religiosos, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Cuando oremos sinceramente, pidiéndole a Jesucristo que nos perdone y nos limpie de nuestros pecados; la Biblia promete perdón para todos los pecados que hayamos cometido: “... la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I de Juan. 1:7).
Naciendo de nuevo y teniendo un alma pura es que somos salvados. 
Podemos nacer de nuevo: Reconociendo la necesidad de Jesucristo como nuestro Salvador, pidiéndole que  perdone todos nuestro pecados, así nos apartamos del pecado y dejamos de vivir en rebelión contra Dios y Su Palabra. Aceptar el sacrificio de Cristo en la cruz como pago final y completo por nosotros. Invitar a Jesucristo a que viva en nuestro corazón como Señor y Salvador. 

Cuando  hacemos estas cosas, ¡Sucede un milagro! ¡Nacemos de nuevo! Jesucristo -comienza a vivir dentro de nosotros.Quedamos libre de la pena abrumadora del pecado. Conforme obedecemos los mandamientos de Dios y aplicamos Sus principios para nuestro diario vivir, la transformación continúa.Y estaremos al lado de nuestro Padre.

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